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Diario EXTRA, 30 de enero de 1985.

"Cuando muera no quisiera estar presente"*

Notas periodísticas a la muerte de Martín Adán el 29 de enero de 1985.

Publicado: 2016-01-29

Por Jorge Valverde / Barranco de Cartón

El popular diario Extra le dedicó casi toda la portada a la noticia de la muerte de Martín Adán y en las páginas interiores cita - en realidad parafrasea - la entrevista a Mario Campos: “Sólo la literatura me da ganas de vivir. [Mi vida] ha sido un constante error, ni siquiera llegué a ser abogado y en estos momentos por lo menos debería ser un vocal de la Corte Superior, hasta fracasé como bohemio, por eso permanecí recluido en mi mundo, me aparté de lo social, del trato con literatos, con artistas porque en Lima nadie lee ni me leen y nadie conoce mi verdadero nombre”.

diario La República, 30 de enero de 1985

La República saca también la noticia en portada, pero con una foto poco noble. En el interior, señala que fue el más grande poeta vivo del Perú, cita a Mario Campos describiendo su entrevista como difícil, “por convenio tácito, se omitió el tratamiento de temas estrictamente literarios”, y Alfonso La Torre (Alat) arranca su columna con "Martín Adán ha muerto. Cuando un poeta de la estatura de Martín Adán muere, todos morimos un poco. Una parte trascendental de nosotros mismos, una parte sin voz, hallaba en su poesía la expresión necesaria e impostergable. Y, por la voz de Martín Adán, hablábamos todos”. 

diario El Comercio, 30 de enero de 1985

El Comercio se equivoca en la fecha de nacimiento del poeta, pero también ofrece la noticia en portada, en un recuadro al centro. En el interior señala que su partida enluta no solo a las letras peruanas sino a las castellanas, en general; y recoge el testimonio de Carlos Aldana Nieto, médico que lo atendía en el albergue Canevaro, quien recuerda al poeta como excesivamente lúcido e irónico, cuando alguna vez le dijo que no entendía su poesía le contestó: “Por favor, cómo va a leerme si yo mismo no me soporto”. Luego, Hugo Guerra curiosamente apunta que contra los folclóricos caníbales de nuestra cultura, que por razones ideológicas o vanidades personales podrían ser capaces de manipular la obra del poeta, cabe más bien valorar la alta jerarquía de sus creaciones y respetar su artístico manejo del idioma. Decimos curiosamente porque no sabemos a qué circunstancias alude, pero por si acaso igual dejamos la referencia por aquí. En su suplemento dominical siguiente le hace un homenaje, aparece, pensamos por primera vez, el artículo de Carlos Germán Belli en el que destaca cómo Adán se convirtió en santo de tirios y troyanos, admirado casi por unanimidad, lo que es harto difícil; no obstante que a él nunca le interesó erigirse como nuestra voz, conciencia u oráculo. Quizá precisamente por eso tiene tantos seguidores.

Todos los demás periódicos, pero ya solo en su interior, dedican páginas enteras a Martín Adán, a quien consideran solo después de César Vallejo.  

En La Crónica Jorge Alania cuenta que ya desde su época escolar cualquier interesado en la literatura sabía que en el manicomio vivía por voluntad propia un gran poeta ebrio de formas y abatido por una misión imposible, la de traducir en palabras lo intraducible: la soledad del corazón, la fragilidad del destino y la maravilla de la poesía.

El Diario presenta el testimonio de Gustavo Valcárcel que se declara primer destinatario de aquella frase a la caída de José Luis Bustamante y Rivero por el golpe de estado del general Manuel A. Odría: "¡Por fin, hemos vuelto a la normalidad!"; también se recuerda aquel prólogo delicioso que le hiciera Adán - sí, alguna vez escribió un prólogo, pero a su manera, claro - al libro de José Alfredo Hernández, Tren, en 1931, donde dice que "morir es como escribir un verso [...] No puede haber inteligencia -¡ay, cuán tarde lo averiguo!- sino en el deseo y en el desencanto. Todo goce es estupidez, furia y frenesí. Poesía es goce. El que se propone salvarse debe asirse bien a su grito.”

Por su parte, Expreso lo define como un joyero barroco, autor de filigranas, cuya biografía termina y empieza en su bibliografía (Patricio Ricketts Rey de Castro). Ismael Pinto, a su turno, dice que nos quedan tanto el misterio y hechizo de su obra como la leyenda del hombrecito con sombrero fuera de moda y un viejo abrigo azul que paseaba por las calles limeñas.

Cuando notician sobre el sepelio se dice que junto al nicho 43-C del cuartel San Armando, en el cementerio El Ángel, estuvieron escritores, políticos, intelectuales, ministros, edecanes y representantes de distintas instituciones. Tomaron la palabra Gerardo Alarco, Estuardo Núñez y Augusto Tamayo Vargas, director del INC, cuyo discurso (“La soledad es absoluta: es el fin del afán”) luego se publica en el suplemento Variedades de El Peruano. Pero lo más justo y bonito llegó con las declaraciones de Juan Mejía Baca que se recogen en el titular de la imagen de abajo (“Es una ofensa acordarse recién de Martín Adán”)

DIARIO OJO, 1 de febrero de 1985

Por las mismas declaraciones de Juan Mejía Baca aparecidas en Expreso y El Comercio queda clara la voluntad de Martín Adán respecto a su herencia.

diario el comercio, 1 de febrero de 1985

diario expreso , 31 de enero de 1985

De esta manera, pues, por esas fechas, verano de 1985, aparecen en todos los periódicos, aparte de las citas a los poemas, textos y poquísimas entrevistas a Adán, las reseñas de su vida y obras y el testimonio de sus cercanos; muchas ilustraciones y fotografías que no se han vuelto a publicar ni exhibir - parece que han corrido la misma suerte que la de muchos de los textos del poeta-. Destacamos las de Julio Polar, Bernabé Wong, Dionisio Torres, Norma Aguilar, Numa Rueda y algunos otros que no logramos identificar.

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* De la entrevista de Martín Adán a Mario Campos recogida por Andrés Piñeiro en el libro Martín Adán. Entrevistas, PUCP, 2011. 



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Proyecto de la asociación Isegoria sobre la función pública de artistas y escritores, aquella que nos hace mejores ciudadanos.