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Martín Adán (por Baldomero Pestana) / nicomedes santa cruz

Romance a Nicomedes (Martín Adán)

Inédito. 

Publicado: 2019-09-16

En una libreta, de las que se custodian en en Colección Martín Adán de la Pontificia Universidad Católica, con fecha 31 de mayo de 1961, se pueden leer los siguientes versos inéditos, cuyo orden respetamos fielmente en esta transcripción. 


Bailaban en el salón
Lo de Strauss 
Y yo en el nobiliario sexto 
Y el ánimo de joder 
Que me bulle en todo el cuerpo 
¡Esa Historia del Perú 
Que me contaron de cuento!

¿Qué te pasó, Nicomedes?
¡Por pasarte de pendejo! 
¡Tú tras un cholo homicida! 

Con el rosario al pescuezo
Y Marta la Cantinera,  
Montada de su sujeto,  
Como muda de Santiago. 
Tirando coz al misterio 
Y Nicanor de la Maza  
Comiendo su bizcochuelo 
¿Te gustaba la Francesa,  
De tan largo y rubio pelo? 
Si es así, Dios te perdone,  
Porque son cosas de negro.

Ay, Nicomedes, amigo,
Ay, qué tiempos, ay, qué tiempos 
¡Se nos va hasta la asonancia! 
¡Qué dirán los Académicos! 
¡Hay que variar la cadencia!
¡Como hay que variar el término, 
Como hay que variarlo todo, 
Todo hasta el Parlamento! 
Pero yo quiero escribirte,  
Porque te me siento afecto.  
En tierra de maricones,  
No es pecado amar al negro.  

¿Tú qué sabes?; yo lo
Sé todo. Los analfabetos  
Me hicieron su rey y yo 
Con mi bufanda al pescuezo 
Estuve en la Catedral,  
Y me cagaba de sueño,  
Entre tesis, y títulos y sombreros.  
Me gusta ver el cuerpo en que me vivo 
Entre el ala con que me muero.  

¿Por qué fuiste pierolista?
¿Por qué lo eres, si no miento? 
Pues tú eres mi Quijote, 
Como dice el Académico, 
Aguanta lo que te digo,  
Como lo aguanta el Manchego 
Ve a confesarte ahora mismo 
Y el Padre Arámburu es 
Un fraile de la gran puta 
De cordón de cinco metros 
Es un fraile franciscano  
Fraile de mucho respeto  
Tú no te metas con él  
Si quieres quedarte entero.   
De edad de radiocarbono 
Pero de puño de hierro. 
Sí, confiésate con él 
Porque yo no te confieso.  
¡Vete a que te mate, vete 
Pierolista blanco negro! 
Pero eres una figura,  
Nada más, de mi misterio. 

¡Yo soy más negro que tú!
¡Yo soy aquel, universo¡ 
¡Si descendí de marqueses 
El galpón no estaba lejos¡ 
El mono jugaba arriba 
Y yo me robé el secreto 
Y lo dije, y no quieren 
Los primos analfabetos. 

Y tú entraste por Cocharcas,
Un día que no recuerdo, 
Con un cholito barbón 
Que quería ser limeño 
Como todos los cholitos 
Con su pistola y su queso, 
Con patriotismo de párroco 
Y conducta de Carreño.  

Era inteligente: todos
Los cholitos son de ingenio: 
Hacen los programas grandes 
Y hacen que les hagan versos,  
Y al llegar la madrugada 
Hacen leyes y hacen muertos.  
Sabía de abigeato 
Y arreaba al montonero.  
¡Nicomedes; Nicomedes! 
Cuándo nos vamos de asueto,
A aliviarnos del Perú, 
Ay, de este Perú indigesto,  
A este Perú que mata 
Porque a matarlo no acierto, 
De este Perú de Basadre 
Y disimulado pedo.
A cagar a cualquier parte 
Entre un verso y otro verso.  

El barbón decía cosas
Como las de Riva Aguero: 
Todo era mentira en él 
Sino mentira y denuedo 
Porque era la Cordillera 
Bajada a Lima del Centro. 
Era el cholo medio blanco,  
Eso que tú sabes, Negro, 
Con barbita napoleónica 
Y tras de los tacos clero.  
¡Ay, me quedo con Castilla,  
El que trajo a los chilenos! 
Era otro cholo carajo 
Pero era cholo costeño! 

¿Viste alguna vez pelear al gallo?
¡Es lo que en toda mi vida vi de cierto¡ 
¡Nada es accidente o circunstancia! 
Todo es gallo en ello.  
¡Ay, Nicomedes, si fueras doctor, 
Cuánto entenderías de lo necio!
¡Cuánto vivirías más  

Yo soy fino como el gallo
Cantaba el negro 
Yo soy para que me maten,
Pero no muero.*

En San Marcos me enseñaste
A dudar de lo más serio.  
Eran las doce del día 
¿Y ahora dónde me meto? 

Ese cabezón Valega,
Que no consiente el misterio! 
¡Y esta vida que ya es real,  
Tan sabido mi secreto!... 

¿Qué se hace con Martín Adán?
¿Se le mata o se le quiere? 

¡Nicomedes, Nicomedes,
Ay, como me jode el Pueblo, 
Ay cómo me jode el prójimo, 
Por no ser un caballero! 
La mierda no reflexiona,  
Nicomedes, y es su mérito.  
¡Ay, sin Ricardito Elias,  
Me cagara en tu sombrero! 
¡Tú me dejaste tan solo 
Entre un cuerno y otro cuerno, 

¡Y tú, décima de amor
Fino, porque fue el momento, 
Porque el Califa se entró 
Como un cohete por el Sexto! 
Y se culeó al sanmarquino 
Por verga de montonero. 

Y tú, Negro, disparando
Como un tetudo con ellos. 
Él era un cholo de mierda 
Parido por un espejo, 
Con levita de Masón 
Y horóscopo de Cornejo. 

Yo me cago en la gran puta.
Sonó toque de silencio. 

¡Sí, cállate, intelectual,
Sí, tú cállate, so mierda! 
Solo yo hablo en el Perú 
Porque yo soy el que queda. 
Tú, que eres de Chiclayo, 
Y de tan buenas maneras,  
Dile a Rosa La Fuente 
Que para puta está vieja. 


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* Los versos "Yo soy fino como el gallo / cantaba el negro / Yo soy para que me maten, / Pero no muero" figuran también en La mano desasida (EduBanco, 1981). 
** La libreta está algo maltratada y con hojas arrancadas.
*** En la misma colección, existe una transcripción mecanografiada ¡de 1960!, en la que los versos se presentan con algunas variaciones de orden. 
**** El título Romance a Nicomedes es el que se ha usado para registrar la libreta en el catálogo de la referida colección.  


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Barranco de cartón

Proyecto de la asociación Isegoria sobre la función pública de artistas y escritores, aquella que nos hace mejores ciudadanos.