Aquel sabor de fruta recogida
A la vera del agua, aquellos raros
Surtidores de música escondida
Que no los hay, si bellos, más avaros.

Aquella soledad, aquellos caros
Al corazón, por llenos de alta vida
Versos tan graves, húmedos y claros
A pesar de su sombra retenida.

Y los días de brisa marinera
Y ese gusto de arena entre los labios,
De mar abierto y fresca enredadera.

Más, para quien supiera los resabios,
Fueron, del dios que a solas lo hieriera
Los nuevos años torpes desagravios.

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 * Leopoldo Chariarse (Chiclayo, 1928), escritor y músico, publicó inicialmente Los ríos de la noche, 1952; La cena en el jardín y Los sonetos de Spoleto, 1975; de cuya reedición conjunta en 1975 dice en el prólogo Julio Ramón Ribeyro "es un libro culto, literario, en el sentido noble del término, de una ausencia total de mal gusto y una complejidad gramatical raras en un poeta que publicaba su primera obra, con poemas escritos al salir de su adolescencia. [... Los sonetos] alcanzan una verdadera maestría, cuyo precedente más cercano entre nosotros sería Martín Adán. [...] Su poesía es un diario transfigurado, un discurso sobre su propia vida, hecho de ritmos, figuras y símbolos. A este recinto incontaminado sólo llega lo esencial, filtrado por un lenguaje que expulsa todas las escorias de la realidad y de mallas tan finas que podría decirse lo de Rilke de Jacobsen: 'Su poesía parece una tela de araña: no sé sabe dónde termina la trama verbal y dónde comienza el espacio'". Antes, junto a Adán, Westphalen y Eielson, aparece antologizado en Vuelta a la otra margen (1970)

Luego publica Margen de la nostalgia, 1988; Elegías y Sonetos, 1998. 

En 1999 recibe el Premio Copé Plata en la IX Bienal de Poesía por su libro Solsticio. 

Su último poemario publicado ha sido Miraflores, 2008 (hasta lo que hemos podido averiguar)

Desde hace varias décadas radica en Alemania.  

* Curioso lo que a veces te puedo ofrecer la web. Por un lado, sobre Chariarse se nota que la mayoría copian la misma reseña, pero por otro lado uno se puede dar con este poema a Wáshington Delgado: